Instrucciones
1 Lava los tomates, pélalos (opcional) y córtalos en trozos.
2 Parte el ajo por la mitad y quítale el germen central.
3 Tritura los tomates y el ajo en el triturador hasta que suelten el agua.
4 Añade la miga de pan en trozos y deja que se remoje unos 5 minutos.
5 Incorpora la sal y tritura hasta obtener una crema fina y homogénea.
6 Con el triturador a media potencia, añade el aceite de oliva poco a poco hasta que se
integre y el salmorejo adquiera un tono anaranjado.
7 Prueba de sal y ajusta si es necesario.
8 Cuela el salmorejo para eliminar restos de pieles y pepitas.
9 Refrigera por al menos 2 horas para servirlo bien frío.
10 Sirve en recipientes individuales con huevo duro y jamón picado. Decora con un
chorrito de aceite de oliva.
Variaciones
Te presentamos 5 variantes que te encantarán:
Salmorejo de remolacha: Añade remolacha cocida para obtener un vibrante color y un toque dulce.
De aguacate: Incorpora aguacate maduro para lograr una textura suave y cremosa.
Salmorejo de sandía: Sorprende con una versión refrescante y veraniega, añadiendo trozos de sandía.
De zanahoria: Agrega zanahorias ralladas para un sabor dulce y como sustituto del pan, haciendo una versión sin este ingrediente.
Salmorejo picante: Añade un toque de picante con guindilla, pimentón picante o unas gotas de salsa de tabasco, ajustando la cantidad según tu tolerancia al picante.
Y por último :
¿EL SALMOREJO LLEVA VINAGRE? Aunque en muchos sitios lo añaden, el auténtico salmorejo cordobés no lleva vinagre. No obstante, si no te puedes resistir al toque ácido de este ingrediente, puedes añadir una cucharada.